miércoles, 27 de septiembre de 2023

Tesis doctoral - Profundizando en el conocimiento de la enfermedad de von Hippel-Lindau

Hace mucho tiempo que no escribo. Todo se paró con el covid, y yo orienté mis investigaciones hacia la búsqueda de un tratamiento que pudiera servir para tratar esta enfermedad. Junto con compañeros médicos del Centro de Salud de Yepes (Toledo), sacamos a la luz los resultados obtenidos tratando a los pacientes con covid con antihistamínicos, los cuales frenan la cascada que desembocaba en la respuesta inflamatoria brutal, causante de tantas muertes. 

Hoy escribo para dar a conocer el trabajo de tesis doctoral que he estado realizando en los últimos años, y que he titulado "Profundizando en el conocimiento de la enfermedad de von Hippel-Lindau". Como no podía ser de otra manera, está dedicada a mi hermana Ana Coral, que sufre la enfermedad desde los 21 años de edad. A ella, y a todos los demás afectados y sus valientes familias, que les apoyan y acompañan en el camino de esta dura, durísima enfermedad. 

Esta tesis trata de ser un compendio de información actualizada para orientar a los clínicos, ayudarles a realizar el mejor seguimiento posible de estos pacientes. También resume las investigaciones que hemos estado financiando desde la Alianza VHL y los resultados obtenidos hasta ahora.

La última parte de la tesis es la que mejor va a entender el público general. Trata de los aspectos sociosanitarios, y pone de relieve las grandísimas deficiencias del sistema sanitario y social en la atención de estos pacientes. Hacen falta genetistas clínicos, o al menos gestores de casos, profesionales sanitarios experimentados en esta función, que aúnen los seguimientos y pruebas que tienen que hacerse no sólo los pacientes VHL, sino todos los pacientes que tengan una enfermedad rara. Están desatendidos, solos, olvidados... y no se soluciona.

Espero, con este granito de arena, contribuir a que los políticos y todos aquellos en cuya mano está resolver estos temas, abran sus ojos y su corazón y comprendan el sufrimiento de estas personas, y faciliten su seguimiento, y su vida, que ya de por sí es demasiado difícil.  Pincha para acceder al documento:


jueves, 12 de agosto de 2021

Reflexiones sobre la vacunación de covid a menores

Empiezo diciendo que tuvimos que abandonar la realización del ensayo clínico por falta de apoyo institucional por parte de nuestro Servicio de Salud, y falta de financiación. Se nos quedó en un bonito protocolo de ensayo clínico que hubiera podido tener resultados en un par de meses, pero... a veces las cosas no son como a uno le gustaría.

Ayer me llegó el mensaje angustiado de una amiga en el que me decía que otra amiga la había llamado para decirle que se vacunara ya contra el COVID, que había visto en la televisión la noticia de un chico joven al que habían tenido que intubar.

Siendo consciente de lo grave que puede ser esta enfermedad - más cuando las recomendaciones oficiales para el tratamiento en Atención Primaria es tratar únicamente con paracetamol… hasta que te pones a morir y tienes que ingresar en el hospital - voy revisando periódicamente las cifras oficiales de casos confirmados y de mortalidad, por grupos de edad.

Antes de meterme en faena, quisiera recordar que en enero un grupo de médicos publicamos un estudio sobre los resultados obtenidos con un simple tratamiento con azitromicina y antihistamínicos en dos residencias de ancianos de un pueblo llamado Yepes (Toledo). Entre marzo y abril de 2020, los 84 residentes fueron tratados precozmente con antihistamínicos (dexclorfeniramina, cetirizina o loratadina), añadiendo azitromicina en los 25 casos sintomáticos. La edad media era de 85 años, y con el tratamiento no hubo ingresos hospitalarios, muertes ni efectos adversos de los medicamentos, en una época en la que las bajas debido al covid en las residencias de mayores se contabilizaban por decenas. A finales del mes de junio de 2020 se realizó analítica serológica a todos (es decir, se estudió si tenían anticuerpos), confirmándose que todos habían pasado el covid, la inmensa mayoría sin enterarse.

La residencia de Yepes registró menos fallecimientos en 2020

El estudio ha pasado prácticamente desapercibido para nuestras autoridades sanitarias, que en vez de promover un estudio más amplio en este sentido o plantearse elaborar un protocolo de uso, se inclinaron hacia la vacunación masiva de la población… y en eso siguen. Nosotros quisimos hacer un ensayo clínico para comprobar la efectividad del tratamiento de Yepes, pero no pudimos seguir por falta de financiación y de apoyo institucional. Tras varios meses de trabajo y de gestiones para la autorización del ensayo clínico, tuvimos que abandonar. 

Los resultados del estudio inicial fueron publicados en la revista norteamericana, Pulmonary Pharmacology and Therapeutics, tras haber sido autorizada su realización por un Comité de Ética de Investigación con Medicamentos, y pasar los filtros pertinentes. La noticia de la publicación salió en varios medios de comunicación nacionales. También tuvo cierta repercusión internacional. El tratamiento es sencillo y con medicamentos de uso habitual en consulta, cuya seguridad ha quedado ampliamente demostrada en los más de 30 años que llevan utilizándose en otras patologías. Podéis acceder al trabajo científico completo en este enlace:  https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7833340/.

Y podéis escuchar la explicación detallada de los hallazgos en este otro enlace de Youtube:

Este tratamiento se ha seguido utilizando en Yepes con los mismos excelentes resultados. Si como pensamos, el tratamiento inhibe la replicación viral y la respuesta inflamatoria, al ser efectos genéricos que no dependen de la variante del virus, seguirán funcionando, ¿no?. Lo podemos demostrar con los resultados que siguen obteniendo estos médicos, y que en breve esperamos que se publiquen también, como anunciamos hace algunas semanas.

Los medios de comunicación no ayudan nada en todo este lío que tenemos montado, vacunas incluidas. Han demostrado ser el cuarto poder, muchos de ellos al servicio del poder oficial, fomentando la campaña de vacunación masiva con estas vacunas que aún se encuentran en estudio, sometidas a especial vigilancia y cuyo uso generalizado se aprobó a la desesperada, por la urgencia de la situación. Nos aterrorizan con las cifras de muertes, y sacan en primera plana el único caso de un joven de x años que está intubado en tal hospital. ¿Por qué no hilan fino y buscan los dos filos de la noticia, en vez de irse al que hace más sangre?.

El año pasado fue muy duro, porque era todo nuevo, pero actualmente muchos médicos – afortunadamente – saben – al menos en parte - cómo tratar a los pacientes, y aunque en el hospital no hay medicaciones que funcionen para todo el mundo, para muchos funcionan los corticoides, que fueron desacreditados cuando un internista de Granada lo comentó por primera vez en un vídeo que circuló por Internet, y contra el que arrojaron cuchillos y navajas. Había que sancionarle por decir semejantes barbaridades, incluso leí un artículo de un abogado que iba a presentar una denuncia contra él por faltar a la verdad. Meses más tarde un ensayo clínico en Reino Unido demostró que era cierta la hipótesis, que el médico granaíno tenía razón. Todo el mundo ya usa los corticoides, pero claro, nadie es profeta en su tierra…

Así somos. Lo que va contra las directrices oficiales, se desacredita, y se le llama maldito. Se dice que son malditos bulos, y gente supuestamente neutral lo desacredita también.

Todas las observaciones de medicamentos antiguos que pueden servir para el covid, no valen, porque todo hay que demostrarlo mediante un estudio, pero hay pocos apoyos externos, o apoyos institucionales. No hay apenas apoyos de las autoridades sanitarias. El que tiene una idea, tiene que demostrarla, aunque no sea ese su campo de trabajo. Y lo tiene que hacer como investigador independiente, por tu cuenta, allá te las arregles si no sabes cómo funciona esto de los estudios. 

Muchos médicos están tratando el covid con éxito, pero sus observaciones no se tienen en cuenta o se desacreditan diciendo que “no es lo que recomiendan las guías”, o “no es lo que recomienda el Ministerio”. Cuando las observaciones de los médicos no se tienen en cuenta, mal vamos. Lo cierto es que esos médicos que no publican en revistas científicas porque no es su campo, están manteniendo controlado el covid en su población. ¿Por qué el Ministerio o los Servicios de Salud no hacen una investigación de esas poblaciones en las que la mortalidad o los ingresos hospitalarios son más bajos que en otras poblaciones en las que no se trata con las mismas medicaciones? ¿no hay medios? ¿o es que todos los huevos los hemos puesto en el cesto de las vacunas? Y si es así, ¿por qué ha sido?

Otra cosa a tener en cuenta es que no interesan los medicamentos baratitos. El reposicionamiento terapéutico es cuando un medicamento que servía para una patología, ahora se ha visto que puede funcionar en otra. Ese tipo de estudios rara vez están promovidos por farmacéuticas. ¿Por qué? Porque desde el momento en que se sabe que esto puede ser así, y se publica, ese descubrimiento no se puede proteger bajo patente porque ya es público. Al no poder protegerlo bajo patente, no va a compensar invertir en un ensayo clínico que demuestre esto, cuando esto cuesta un dineral, y los médicos van a utilizar a lo mejor el genérico, y no el que yo he utilizado como empresa farmacéutica en mi ensayo. ¿Qué rentabilidad voy a obtener yo? Muy baja, no me compensa hacer el ensayo.Y si no hay ensayo que lo demuestre como se ha establecido que debe hacerse en ciencia, pues como si no hubieras demostrado nada. ¿Ves qué difícil es demostrar que algo barato, de andar por casa, es efectivo?

Ahora, vamos a las cifras oficiales, que llevo siguiendo desde el año pasado y que no me acaban de cuadrar con lo que veo en la tele… para ello, vamos a ver el último informe del Ministerio. La red de vigilancia epidemiológica, se llama RENAVE, y publica con periodicidad semanal un detallado informe con los casos de covid. La Red depende del Instituto de Salud Carlos III, del Ministerio de Sanidad. Los informes están en este link:

https://www.isciii.es/QueHacemos/Servicios/VigilanciaSaludPublicaRENAVE/EnfermedadesTransmisibles/Paginas/InformesCOVID-19.aspx

Son informes muy completos. Yo suelo mirar el último informe, y en concreto la tabla 5, que en este caso es el informe número 90, de 4 de agosto. Es una tabla muy sencilla de leer e interpretar, pues registra los casos confirmados, ingresos en hospital, ingresos en UCI y fallecidos por grupos de edad: 

Como se acaba de lanzar la campaña vacunal de los niños, veamos cuántos niños han fallecido de covid en todo este tiempo. Según se puede ver en esa tabla, sumando todos los niños hasta 19 años cumplidos, han fallecido 26 personas, de un total de 898.414 casos confirmados, es decir, una tasa de letalidad (muertes sobre el total de casos) de 0,00289399 por 100, o lo que es lo mismo, han fallecido 2,89 por cada 100.000 confirmados positivos.  Esta es la que se llama tasa de letalidad, es decir, fallecidos de entre los infectados. No están contabilizados en esa tabla todos los que han pasado el covid sin enterarse, bien por asintomáticos o porque lo han pasado como un simple catarro, por lo que esa tasa seguramente es muchísimo más baja.

La tasa de mortalidad es otra cosa, es la proporción de fallecidos de entre el total del grupo de edad existente en el país en un periodo concreto (es decir, sería entre todos los menores de 20 años que tenemos censados, hayan pasado o no el covid). La tasa de mortalidad siempre es mucho más baja que la tasa de letalidad, tanto de la de letalidad de casos confirmados como de letalidad de casos totales ( incluidos los asintomáticos, por comprender también a los no infectados). En un vídeo que me han enviado recientemente es la tasa que manejan. Por eso es tan baja.

Yo me pregunto qué estado basal tenían esos 26 menores de 20 años que han fallecido en lo que llevamos de pandemia. ¿Estaban completamente sanos? ¿Eran niños y jóvenes sin ningún tipo de problema de salud? Seguramente algunos sí, pero muchos otros probablemente no. Esto es deducción lógica, porque las cifras no nos las han dado… o yo no las he sabido encontrar. Si alguien conoce estos datos, agradezco me los haga llegar.

¿Por qué, con una tasa de mortalidad de 2,8 x 100.000 se inicia una campaña de vacunación masiva a todos los niños? ¿es tan segura y tan efectiva la vacuna que podemos hacer esto? Teniendo en cuenta que se aprobaron como medicación de uso en emergencia, con una autorización condicional, o lo que es lo mismo, porque no había opciones de tratamiento farmacológico efectivo, se aprobaron por la vía acelerada, sin haber concluido los ensayos clínicos y estar aún pendientes de que las empresas farmacéuticas que han comercializado las vacunas, presenten resultados. Esto no se hace así habitualmente para la autorización de los medicamentos (y las vacunas son medicamentos)… mejor dicho, no se ha hecho así nunca desde que tenemos la legislación que nos protege frente a posibles efectos adversos de los medicamentos nuevos. Pero ahora se ha hecho por estar en una situación excepcional.

Alguien pensará que se hace por el bien social. ¿De verdad? ¿por el bien social se vacuna con un producto cuya efectividad y sus efectos adversos a largo plazo se desconocen, a niños que mayoritariamente pasan el covid sin enterarse? y más cuando ahora ya se ha demostrado que los vacunados siguen transmitiendo la infección. Pero sobre esto escribiré más adelante. De momento, me gustaría que todo el mundo leyera en detalle lo que dicen las fichas técnicas de las vacunas, y en particular el apartado 5.3 "Datos preclínicos sobre seguridad". Ahí dejo los enlaces:

Comirnaty - Vacuna de Pfizer

Spikevax - Vacuna de Moderna

COVID-19 Vaccine Janssen  

domingo, 7 de marzo de 2021

Más cerca de comenzar el ensayo clínico...

Mis compañeros y yo llevamos 9 meses intentando que se preste atención a los resultados que han tenido en las residencias de ancianos de Yepes con este tratamiento. Desde que se implantó, no sólo no falleció nadie, sino que 25 ancianos con síntomas en grado variable y 59 sin síntomas, un mes después del inicio de los brotes en las residencias, dieron todos positivo en serología... media de edad de 84 años. Es decir, todos habían superado la infección. Los sintomáticos, con un tratamiento de azitromicina y antihistamínicos, mientras que los asintomáticos la superaron tomando únicamente un antihistamínico como profilaxis (preventivo) para covid. ¿Quiere esto decir que es un tratamiento efectivo? pues probablemente lo sea, pero aunque los resultados se enviaron a todas las instancias entre los meses de junio y julio de 2020 (incluido el Ministerio de Sanidad), no se tuvo en cuenta, porque - según nos dijeron algunos - no estaban publicados en una revista científica.

Ya han sido publicados en la revista Pulmonary Pharmacology and Therapeutics, pero ahora lo que piden la ciencia y los científicos es que este tratamiento, para tenerlo en cuenta, debe ser probado en un ensayo clínico, porque que se hayan curado 25 ancianos, otros 59 hayan pasado el covid asintomáticos, y no haya habido muertos entre los tratados, puede haber sido casualidad. Y en ello estamos desde noviembre, preparando y afinando un protocolo de estudio, e intentando superar todos los trámites burocráticos que conlleva. No está mal, teniendo en cuenta que ni mis compañeros ni yo nos dedicamos a esto, y que no tenemos el respaldo de una empresa farmacéutica, ni -de momento - del sistema sanitario. Es como si nosotros estuviéramos planteando el estudio por conseguir nosequé gloria personal. No es así, nunca ha sido así, pero veíamos que se iba muriendo la gente, y se iba hundiendo la economía, y creemos en este tratamiento. Los dos médicos de familia autores del estudio, los Dres. Ignacio Morán y Judith Alvarenga, han seguido utilizando el mismo tratamiento con los mismos buenos resultados, pero la ciencia dice que puede ser casualidad si no lo confirmas con un ensayo clínico...

Nuestro ensayo ya está siendo valorado por la Agencia de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que es la que tiene que autorizarlo. También lo está valorando el Comité de Ética de Investigación con Medicamentos. Un punto importante es conseguir la medicación para el ensayo, que cuesta cerca de 20.000 euros, y que no hemos podido conseguir a través de los laboratorios. También necesitamos dinero para los envíos de la medicación a los centros de salud, y para pagar la preparación de la medicación.

Está previsto que participen unos 60 médicos, y un total de 652 pacientes. Será un ensayo clínico doble ciego, controlado con placebo, y se parará en el momento en que tengamos datos que respalden la efectividad del tratamiento, pero para ello hay que empezarlo ya. Los médicos pueden ser de cualquier punto de España, aunque por la edad (está dirigido a pacientes mayores de 70 años, que es el grupo que acumula la mayor mortalidad) preferiblemente deberían ser médicos que tengan mayoría de población anciana en sus cupos. Aquellos médicos que quieran participar, pueden escribirme a la dirección vicepresidenta@alianzavhl.org.

Han pasado muchos meses y hemos perdido un tiempo precioso, y ahora están siendo ya vacunados los mayores de 80 años, pero no sabemos ni cuándo estarán todos vacunados ni cuánto tiempo durará la inmunidad, aparte de que vacunación no es sinónimo de inmunización en todos los casos, por lo que habrá un porcentaje de personas para las que, aún estando vacunadas, se necesite un tratamiento efectivo. Con esto quiero decir que seguimos necesitando medicamentos baratos y de fácil disponibilidad. 

El tratamiento con azitromicina y un antihistamínico como cetirizina, cuesta unos 15 euros... ¡15 euros!. Para mí es incomprensible que no sean las mismas administraciones sanitarias las que promuevan esto, y si no lo hacen, que no nos ayuden a los que queremos hacerlo por compromiso social, como médicos. Se están pagando tratamientos como remdesivir, que ya se ha visto que no cumple las expectativas que se tenían y que cuesta alrededor de 2.000 euros por paciente. Con ese dineral se pueden tratar 133 pacientes en Atención Primaria con cetirizina y azitromicina.

En relación a la azitromicina, tengo que decir que estoy harta de leer por todas partes que un antibiótico no aniquila virus. ¡Por supuesto que no! pero es que no podemos olvidarnos de la lección nº 1 de Química, donde se habla de moléculas, y donde nos enseñan que las moléculas tienen diferentes propiedades, y entre ellas - variadas - está la antibiótica. La oportunidad de utilizar azitromicina puede ser por otras propiedades, como la alcalinización del medio. Esto está sobradamente referenciado en el artículo que hemos publicado y no lo voy a repetir aquí, así que animo a todos los que dicen esto, se lean el apartado Discussion de dicho artículo.

Vamos a lanzar una campaña de crowdfunding para financiar este ensayo clínico. Hay pocas convocatorias públicas, y no tenemos tiempo, pues tenemos que ponerlo en marcha cuanto antes. Será la Alianza VHL la mediadora en la recepción de las donaciones, por hacernos el favor a los investigadores y sin cobrar las comisiones que cobran normalmente las fundaciones por esto. Desde aquí quiero agradecer a la Junta Directiva de la Alianza VHL su apoyo a este proyecto. 

¡Gracias!


domingo, 28 de febrero de 2021

28 de febrero de 2021, día mundial de las enfermedades raras

Bueno, pues un año más celebramos el día de las enfermedades raras (ER), que como he dicho en otras ocasiones, es cuando más visibilidad tienen estas enfermedades. Y luego, cuando pasa este bonito y raro día, todo o casi todo sigue igual.

Este último año ha sido especialmente duro para todas las enfermedades que no sean covid. Si en condiciones normales las ER están en un segundo plano, por detrás de todas las demás patologías a las que se les conceden más recursos e investigación por el simple hecho de afectar a más personas, desde que comenzó la pandemia han pasado a un último plano. 

En lo que afecta a VHL, que es la realidad que mejor conozco, todo sigue igual que hace años... empeorado con la pandemia.

Las derivaciones de pacientes entre comunidades autónomas siguen teniendo las mismas dificultades que hace 10 años, o quizás aún más. Los afectados tienen - como siempre - que estar justificando la necesidad de derivación, y los servicios de salud siguen poniendo trabas a dichas derivaciones. Muchos pacientes no ven la forma de salir de su comunidad de origen para que les operen en otras comunidades, y esto es especialmente grave en el caso de las neurocirugías del sistema nervioso central a las que se tienen que enfrentar la mayoría de los pacientes con VHL. Esto ahora lo podemos llamar el cierre perimetral de la comunidad autónoma para los pacientes de ER, que ha existido siempre aunque no se le llamara así. Quien no entendiera la imposibilidad de cruzar de una comunidad a otra para que te atienda un médico, ahora tiene fácil entenderlo.

La investigación en la mayoría de las ER brilla por su ausencia. Pero claro, si en algo tan importante como es el covid, de lo que ahora depende nuestra vida presente y futura - (y con esto me refiero a la economía de nuestro país, que se está llevando millones de euros en recursos sanitarios, en estancias hospitalarias, en medicaciones ultracaras que se han administrado y se siguen administrando sin demasiada evidencia científica de su utilidad (por no decir que ninguna) - no se invierte en su investigación, ¿cómo podemos esperar que se invierta en enfermedades raras?. Imposible. La investigación la siguen financiando bien la industria farmacéutica cuando ve posibilidades de ganar mucho dinero, o bien las propias asociaciones de pacientes. Esto lleva siendo así ya demasiado tiempo. Cuánto mejor no sería que las administraciones sanitarias organizaran y gestionaran sus propios proyectos de investigación como parte de su actividad diaria.  Debería haber departamentos que se dedicaran a esto, y no solo grupos de investigadores que plantean proyectos por propia implicación personal.

En nuestro caso, que financiamos proyectos de investigación propios gracias a los eventos benéficos, podéis imaginar que estos eventos en 2020 no se pudieron realizar. El año pasado nuestra investigación se vio afectada de forma directa por el confinamiento, pues tampoco se permitió que los investigadores acudieran a los laboratorios. Y esta situación se prolongó durante mucho tiempo, muchas semanas, sin garantías de mejora y sin garantía de que si volvía una siguiente ola de covid, pudieran volver al laboratorio. Tuvimos que renunciar a seguir, porque nos suponía una inversión de unos 6.000 euros al mes que tendríamos que pagar independientemente de todo. 

Esto del cierre de laboratorios no sólo ocurrió en el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, sino que la mayoría de los centros de investigación de nuestro país permanecieron cerrados, cuando muchos de ellos hubieran podido colaborar en el diagnóstico de los pacientes covid. ¿Tiene sentido esto?.  Recordaréis un vídeo que grabó Mariano Barbacid denunciando esta situación.

También hubo recortes en las subvenciones que se conceden a las asociaciones para su funcionamiento y para dar servicios a los afectados. Se endurecieron los criterios para la concesión, y hubo asociaciones que se quedaron sin ellas.

Un año más tengo que decir que no veo cambios en la atención a los pacientes con ER. Todo lo que funciona bien con las ER es por la buena voluntad de los profesionales sanitarios y por el esfuerzo y trabajo de las asociaciones de pacientes. Políticamente no interesa, o en todo caso interesan cosas puntuales, como cuando se nombró centro de referencia para VHL un centro en concreto (que creo que sigue siendo de referencia) y que estoy convencida de que se nombró por razones políticas.

Mucho tiene que cambiar la mentalidad de los políticos para que comprendan las necesidades que tenemos los pacientes y familias afectados por una enfermedad rara. Y el corazón... también les tiene que cambiar el corazón, y aprender a empatizar.

Con motivo de este día nos entrevistó TVE. Aquí os dejo el vídeo:


A ver si el próximo año puedo escribir novedades positivas, porque ya van demasiados años con el mismo resumen... o en regresión, como este último año.

lunes, 25 de enero de 2021

Antihistamines and azithromycin as a treatment for COVID-19 on primary health care – A retrospective observational study in elderly patients

Por fin se han publicado los resultados del trabajo del Dr. Morán y su compañera la Dra. Alvarenga en dos residencias de ancianos de Yepes (Toledo). El artículo está disponible en este enlace.

Tras el fallecimiento de 3 pacientes en cada una de las dos residencias, comenzaron a tratar a todos los demás con antihistamínicos, asociando azitromicina en los casos sintomáticos. En total 25 pacientes fueron tratados con antihistamínicos y azitromicina, y 59 sólo con antihistamínicos, por ser contactos de los primeros. No hubo fallecimientos, ni derivaciones al hospital. Tampoco se registraron efectos adversos. Todos los ancianos se recuperaron, y lo más sorprendente es que todos desarrollaron anticuerpos, señal de que todos habían pasado la infección, 59 de ellos de forma desapercibida... ¿efecto del antihistamínico?. Puede ser. 

Son necesarios más estudios para comprobar esto, pero hay médicos franceses que han tenido resultados parecidos con sus pacientes y otros médicos norteamericanos han utilizado también antihistamínicos con buenos resultados. Sin embargo, el de los doctores Morán y Alvarenga es el primer trabajo realizado en Atención Primaria, que es desde donde se debería frenar la evolución de la enfermedad. Las vacunas están muy bien, pero necesitamos medicamentos seguros y efectivos... y a ser posible, baratos, como es el caso de los antihistamínicos y la azitromicina.

Por favor, difundid esta información. Es muy importante.